Una lluvia en mayo
Muchas veces nos preguntamos cómo hubiese sido, y no tuvimos respuesta. No nos atrevimos a ser los que cuestionaban porque siempre creímos que no era nuestro rol. Nos acostamos algunas noches hace un tiempo atrás. Hoy ya no recuerdo cómo fue, otros cuerpos pasaron sobre mi. Pero él, él si nos recuerda. Sus ojos son del color del cielo, de esos que te miran y reflejan sus inseguridades. Es un ser humano tan precioso que no hace otra cosa más que generar ganas de darle la espalda. No hubo tiempo para despedidas, el avión ya había arribado. Mi conciencia y yo ya íbamos a dejar de estar tranquilas. Caminamos bajo la lluvia la primera vez que salimos a la calle juntos. Juan B Justo era un buen lugar para subir al auto. Manejamos durante 10 minutos y llegamos a un puente sobre la autopista. No estábamos solos. Él no habló en todo el viaje, simplemente dejó que nosotras inundemos el ambiente con nuestras anécdotas y risas. Días después en la oficina empezamos a pasar ...