Mamma mia: Italia, la pasta y los tanos.
Aterrizamos y yo seguía en pleno vuelo. Mi cabeza no creía donde estaba, y mi corazón menos. Cada vez que frenaba para concentrarme en lo que estaba pasando, sucedía algo nuevo. Los italianos, tanto para hablar de ellos. Caballería con mala fama y realidad incrédula al otro lado del Atlántico. Dimos vueltas caminando, entramos a un bar de primera. Mi amiga y yo asustadas con el valor de los tragos, pero nos tragamos el miedo, y más tarde el orgullo, porque dejamos que nos lo paguen. Nos llevaron en su pequeño auto por un sinfín de curvas subiendo el cerro, hacia la mejor vista panorámica de La Spezia. Increíbles las vueltas de la vida. Increíble como nos topamos los unos con los otros, y como nos regalamos postales únicas de una noche entrante de primavera con luces cálidas que desplegaban su reflejo en el mar. De vez en vez nos mirábamos y era una película, de esas que te atrapan y querés volver para atrás a ver la escena completa de nuevo, porque sabes que esa s...